miércoles, 8 de agosto de 2012

ENTREVISTA EN LA REVISTA DIGITAL LAGANZUA.NET

Xabier Sanmartín C., de la revista digital laganzua.net, ha publicado una entrevista que me hizo recientemente.
En la introducción dice...

Juan Miguel Morales es el fotógrafo más reconocido en la escena musical de Cataluña. Responsable gráfico de la revista Enderrock, ha hecho mil fotografías para portadas de discos, reportajes de conciertos y exposiciones aquí y allá. Coautor de libros sobre Víctor Jara y Lluis Llach, sus retratos logran que cada imagen cuente una historia. Ésta es la suya.

En este link podéis leer la entrevista:
http://www.laganzua.net/zapping/comparte/comparte-6-Juan_Miguel_Morales:_retratista_de_la_musica_en_imagenes.html

Gracias a Xabier desde aquí.


Yo, retratado por Alain Gutiérrez en la Habana, en julio de 2012

martes, 3 de julio de 2012

ARTÍCULO Y ENTREVISTA EN LA WEB BYGAL

Benjamín Millán, director de la web dedicada al mundo de la fotografía Bygal, me ha dedicado un artículo y una entrevista reciéntemente.

Quiero agradecerle el interés desde esta casa y compartir con las visitas el espacio que Benjamín me ha dedicado en Bygal.
http://www.bygal.com/2013/06/breve-historia-de-un-fotografo-el.html

jueves, 16 de junio de 2011

VICENTE FELIÚ (15/06/11 en Facebook)

Juan Miguel es una suerte de psicólogo y poeta de la fotografía.

jueves, 13 de enero de 2011

FERNANDO LUCINI EN CANTEMOS COMO QUIEN RESPIRA

domingo 9 de enero de 2011


JUAN MIGUEL MORALES. Imágenes con latidos.

Juan Miguel Morales, con quién "cantijugábamos" ayer, nació en Almería –en 1967– y reside habitualmente en Barcelona; su profesión gira en torno a la fotografía, pero en realidad lo más destacado de su trayectoria profesional –y, en general, de su vida– es la forma en que vuelca y proyecta su gran humanidad en todo lo que emprende: sea realizar una sesión fotográfica –como las que acaba de terminar, en estos último días, con Patxi Andión o con María del Mar Bonet–; sea escribir un libro; diseñar y montar una exposición; o, simplemente, querer a lo amigos, o lo que es lo mismo, cuidar y alimentar una buena amistad.

Si a ello unimos su sensibilidad desbordante, su enorme sencillez, su entusiasmo contagiable, y su capacidad para "soñar sin límites en los sueños""sense límits en el somnis", que diría Llach–, nos encontramos –os lo aseguro– con una de esas personas a las que es un auténtico lujo y un placer poder llamarle "amigo".

Juan Miguel Morales
Realizada esta breve introducción más personal, pero imprescindible, vamos a centrarnos en su trabajo como fotógrafo relacionado con la canción y, en particular, con el universo de la "canción de autor", motivo por el que hoy está con nosotros. 

En ese sentido, voy a acudir directamente al testimonio de tres cantantes que se han sentido gozosamente atrapados por su cámara:

«Juan (fotógrafo) Miguel (músico) Morales (ser humano) andan/anda, desde hace tiempo y con gran éxito, insistiendo en esa inquietante paradoja del ojo que escucha... o el oído que ve. Su trabajo consiste en captar a través del objetivo de su cámara, lo mundos musicales y literarios de unos artistas que han hecho de la canción su forma de expresarse. Es una aventura difícil, pero sólo lo difícil vale la pena para un artista como Juan Miguel». (LUIS EDUARDO AUTE).

«Juan Miguel Morales es para mí, ante todo un "degustador" de música. Alguien que cobija palabras, las palabras que curan, las palabras que inquietan; él empieza por ahí y de ahí llega a la imagen, a la fotografía». (MARINA ROSSELL).

«La mirada de Juan Miguel no es leve. Son retratos que explican. Sólo hay que detenerse a ver y de pronto las fotos rompen a sonar». (SILVIO RODRÍGUEZ).

Tres justas aproximaciones a la profesionalidad y a la personalidad de un fotógrafo que acumula en sus archivos miles y miles de imágenes que tienen latidos, porque en cada una de ellas, casi siempre, puede descubrirse y sentirse la complicidad de dos vidas que se contemplan, que se encuentran y que deciden "fotoinmortalizar" esa complicidad.

En el "cantijuego" de ayer pudimos contemplar una mínima selección de esos foto-encuentros que con frecuencia –y esta es otra de las vertientes del trabajo de Juan Miguel– pasan a convertirse en la "cara bonita" –me refiero a la carátula– de muchos de los discos de que disfrutamos a diario; entre ellos, y es solamente una pequeña muestra, los siguientes:


Relacionado con su mirar fotográfico, que en su caso siempre transciende la apariencia, Juan Miguel Morales es autor de varios libros de gran interés, entre ellos, "Retrato de cantantes", editado por la Junta de Andalucía (2000); "Retrats de cantants i músic", editado Catalunya Rock, (1996); "Víctor Jara. Te recuerdo Chile", Txalaparta (2003); "El Chie de Víctor Jara", Lom (Chile) (2003); "Món Llach" Mina (2006); y "Lluís Llach sempre més lluny" ("Luís Llach siemre más lejos") Txalaparta (2007).


Podría también enumerar la multitud de exposiciones nacionales e internacionales que ha diseñado y dirigido, y aquellas otras en las que ha expuesto sus fotografías, pero no voy a hacerlo, porque quiero reservar mis ultimas palabras para agradecerle su trabajo –del que tantos nos beneficiamos en comunión con su sensibilidad– y para agradecerle su amistad...; él es uno de los principales responsables de que cada mañana me siente en mi ordenador –mi entrañable MacBook– y, contra viento y marea, siga diciéndome y diciéndole al que quiera escucharme: ¡CANTEMOS COMO QUIEN RESPIRA!.

sábado, 25 de diciembre de 2010

BREVE HISTORIA DE UN FOTÓGRAFO

El cuento es muy sencillo...
Usted nace en su tiempo
(M.Benedetti)

Nació un mes de 1967 en Almería, puro mediterráneo andaluz. “El espejo”, nada más y nada menos, era como llamaban los al-andalucies a esa maravillosa ciudad marinera de su corazón.
Una presencia importante en su vida –además de su madre y los amigos de la calle-: su hermana mayor, Marié, que estudiaría periodismo en Barcelona y le descubriría eso que se llama Nova Cançó de la mano de un joven Serrat.
A partir de aquí nada sería igual.
Realizó fanzines y dibujó tebeos muy ingenuos que le compraba la gente del “rollo” en la Almería de principios de los 80’s.
En Barcelona –la otra ciudad de su corazón-, a partir del 82, participó en Radio Venus –Radio Libre de la Barceloneta-, Radio Miramar y Radio Contrabanda –otra Radio libre barcelonesa-; y colaboró escribiendo en diferentes periódicos y revistas del Estado español: La Luna de Madrid, El Dominical de El Periódico de Catalunya, Popular 1 y muchas otras publicaciones musicales.
A partir de 1991, hasta el 94, estudió fotografía en el Institut d’Estudis Fotografics de Catalunya.
Y a partir de entonces “enfocaría” su trayectoria profesional y existencial a través de la fotografía social y el retrato. Bosnia, Guatemala, Perú o Bolivia son algunos de los lugares donde ha desarrollado reportajes fotográficos.


Desde el 94 forma parte del equipo responsable de fotografía de las publicaciones catalanas del Grup Enderrock. Ha realizado portadas de cd’s para gente como Carlos Cano, Lluís Llach, Maria del Mar Bonet. Gerard Quintana, Marina Rossell, Miquel Gil, L’Ham de Foc, Adolfo Osta o Joan Isaac, entre muchos otros.
Ha colaborado para discos de Serrat, Pi de la Serra, Grup de Folk y recopilatorios de Cançó varios, entre otros muchos.
Ha participado en diferentes publicaciones de libros; en prensa; ha realizado fotografías para diferentes programas de espectáculos y para carteles...
Ha publicado varios libros: un par dedicados a diferentes retratos de cantantes y otros dos –junto al periodista Omar Jurado- dedicados a los cantautores Víctor Jara y Lluís Llach
Ha realizado exposiciones fotográficas colectivas e individuales por Catalunya y el Estado español; o lugares más remotos como París o La Habana.
Y etc, etc, etc...
El tiempo ha sido mucho y no muy mal aprovechado.
Viajes, reportajes, cursillos, talleres...
No puede caber una vida entera en un folio.
Ah... A estas alturas dice que es Cataluz.

Quizá se ha vuelto sabio irremediablemente
Y cuando nada falta...
Entonces usted muere.
El cuento es muy sencillo
(M. Benedetti)

L.E. AUTE-PRÓLOGO PARA EL LIBRO RETRATOS DE CANTANTES (primer prólogo)

Tal vez por encerrar conceptos tan antitéticos, música e imagen han ido siempre, a lo largo de los tiempos, atrayéndose la una a la otra pero sin encontrarse nunca hasta la aparición del cine. Es curioso que dos medios de expresión tan potentes, tan complementarios, no lograran antes esa reunión.
La música nace de una necesidad de expresar estados de ánimo: alegría, dolor, rabia, amor, miedo, soledad, tristeza... etc. Siempre emociones inequívocamente relacionadas con los sentimientos. Los materiales que utiliza la música son, esencialmente, ritmo, armonía, melodía; todos ellos elementos que pertenecen al universo del sonido.
Sin embargo y a mi modo de ver, la imagen fotográfica y/o la observación de esa imagen, no nace tanto de esa necesidad de expresar sentimientos. La imagen propone la perfección de la luz y la sombra, de lo evidente y lo oculto... En síntesis, la forma en su infinita morfología.
La imagen es un disparo a la diana de la retina que es donde se representa lo tangible. Pero el objetivo/subjetivo de ese disparo es lo intangible, el espacio de las ideas y conceptos, la transgresión de ese espejismo que llamamos realidad. La imagen intenta alcanzar/provocar, no tanto estados de ánimo emocionales sino estados de ¿ánimo? reflexivos, allí por donde los espejos entran en conflicto.
Podría establecerse un paralelismo entre música-espiritualidad e imagen fotográfica-materialismo, sólo que el desacuerdo histórico entre espíritu y materia no se da entre música y fotografía porque ambas disciplinas se desarrollan (o deben desarrollarse) desde el intento de transgresión de la realidad que es y debe ser, siempre, el acto creativo.
Pero faltaba ese lugar de encuentro entre música e imagen. Y apareció el cine, ese "melting pot" que se alimenta de imágenes, literatura, poesía, pintura, teatro, música, escultura... todas las artes en un nuevo arte que, a su vez, posee un lenguaje propio.
Pero temo estar alejándome del motivo central de estas palabras.
Volvamos al inicio de esta breve reflexión sobre el binomio musica-imagen fotográfica, querría añadir que (una vez "subjetivados" los "objetivos" anteriormente expuestos) es muy probable que la secreta intención del fotógrafo sea la de descubrirnos la música que las imágenes ocultan y la del músico, descubrirnos las imágenes que la música sugiere.
En resumen, ambos, músico y fotógrafo son dos caras de la misma moneda: la que representa el deseo de conocer mejor, llegar a la esencia, descifrar las claves del misterio que encierra el alma humana.
Juan (fotógrafo) Miguel (músico) Morales (ser humano) andan/anda, desde hace tiempo y con gran éxito, insistiendo en esa inquietante paradoja del ojo que escucha .... o el oído que ve.
Su trabajo, en esta ocasión, es un intento de captar, a través del objetivo de su cámara, los mundos musicales y literarios de unos artistas que han hecho de la canción su forma de expresarse. Es una aventura difícil, pero sólo lo difícil vale la pena para un artista como Juan Miguel.
Luis Eduardo Aute

lunes, 20 de diciembre de 2010

SILVIO RODRÍGUEZ PARA LA EXPOSICIÓN CUBA CUÉNTAMELO CON MÚSICA

En estas fotos se escucha la lejana voz de Esther y la caricia de piña de Lázaro Ros; se ven las manos imposibles de Chucho y el sigilo de Liuba; se aprecian el desenfado de Elíades y la majestad del Tata, la urbanidad de Becker, la ensoñación de Amaury y el atavismo de Adalberto.

La mirada de Juan Miguel no es leve. Revela de estos cubanos músicos. Son retratos que explican. Sólo hay que detenerse a ver y de pronto las fotos rompen a sonar.

Silvio Rodríguez.
La Habana, abril, 2010

PROLOGO DE MARINA ROSSELL PARA EL LIBRO RETRATOS DE CANTANTES (segundo prólogo)

Juan Miguel Morales es para mí, ante todo, un "degustador" de música. Alguien que cobija palabras, las palabras que curan, las palabras que inquietan; él empieza por ahí y de ahí llega a la imagen, a la fotografía, a la atmósfera que dentro de él ha creado una voz y va a la "captura" de esa emoción. Mezcla su deseo de mezclar, hace que coincidan artistas de sensibilidades diversas con similares intenciones, y consigue esta "colección" de cantantes tan distintos que sólo él con su empeño de atleta puede lograr. Si la realidad impresionista tiembla ante nuestra mirada, las fotografías de J. M. Morales, tiemblan y se miran para "oírlas". Son su tributo de agradecimiento a las voces que le acompañan.
Desde mi voz, Juanmi, y ante tu trabajo, el brindis hoy va por ti.
Marina Rossell